Algo se cierra. Algo se abre. by Ariela Lechtman

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Tantas casualidades (no tan casuales) fueron las que llevaron a la apertura de la exhibición Índigo, el color de mi alma

Un viaje a India. 

Una vidente que me indicó el color de mi alma y mi deseo de exponer lo que sale de ella.

Una búsqueda por un espacio y una prima pérdida que me guío al espacio indicado, Galería Casa 936.

936.

El numero de mi alma es dos veces tres: seis. 

Las almas no solo tienen color pero también tienen numero, o así me lo indico la vidente. 

Nací el 6 de septiembre (9) de 1993.

936.

 

Todas las fichas se alinearon y así fue como Índigo, el color de mi alma vio la luz del mundo. Índigo siempre estará conmigo, pues me es imposible separarme de mi alma. Sin embargo, la exposición de dicho color ha llegado a un fin. 

Y así como algo se cierra, algo magnífico se abre. 

Imagen por/image by Casa 936/Barrio Amón 

Imagen por/image by Casa 936/Barrio Amón 

Indigo by Ariela Lechtman

Conocí a una vidente. Le conté que estaba pintando mucho en un azul oscuro.

-Todo es azul, oscuro, le dije.

-Claro, tiene sentido, el color de tu alma es índigo, respondió.

No sé si solo mi alma, o la de todos es color índigo. No le pregunté. Y creo que ya es muy tarde para preguntar. Pero esa frase se quedó conmigo muchos días después, cuando pensaba en estas pinturas color índigo. Y así les presento, mis nuevas obras, basada en el rio Ganges. Aunque no todas las pinturas sean color índigo, todas vienen de mi alma.

 

I met a psychic once. I told her I was painting a lot in dark blues.

“Everything’s dark blue,” I said.

“Of course, that makes sense, the color of your soul is indigo,” she answered.

I don’t know if my soul, or everybody else’s, is the color indigo. I didn’t ask. And I figure it’s too late to ask now. But that phrase struck with me for many days as I thought about these indigo colored paintings. And so, here are my new works, based on the Ganges River. Although not all the paintings are the color indigo, they all come from my soul.